miércoles, 22 de abril de 2009

Pórtico de la Gloria: simbolismo.

Simbolismo medieval:



El Pórtico de la Gloria de la Catedral Compostelana es sin duda alguna la obra cumbre de la Escultura Románica. Por primera vez la Edad Media ensaya la animación de las figuras. El simbolismo medieval se realiza aquí a través de un conjunto escultórico en que las figuras hablan, cantan y constituyen una verdadera atmósfera mística y religiosa.

Su autor es el Maestro Mateo, arquitecto de Fernando II de León, que supo plasmar en piedra un denso mensaje teológico que no sabemos quién lo ideó. La interpretación de este mensaje ha suscitado una auténtica polémica entre los estudiosos en arte que se han ocupado del tema. De todas formas, es indiscutible que el mensaje catequético del Pórtico responde a su condición de nartex de la Iglesia meta del Camino de peregrinos. Será, pues, un mensaje primariamente para ellos, y sólo desde la peregrinación se podrá interpretar adecuadamente.








Significado del Pórtico:
Esta idea final la toma Mateo del Apocalipsis de San Juan, según la cual el templo apostólico es el símbolo de …la nueva Jerusalén que desciende del Cielo como una esposa adornada papara el encuentro con su prometido" (Apocalipsis 21-2). Se trata, pues, de una representación de la ciudad Celeste tomando para ello símbolos provenientes del Apocalipsis de San Juan, del Libro IV de Esdras, y de los elementos apocalípticos contenidos en los profetas Isaías, Ezequiel y Daniel.








En el tímpano del arco central nos encontramos resumidas varias páginas del Apocalipsis de San Juan. Preside la escena una imagen mayestática e hierática de Cristo Salvador, indudablemente inspirada en la descripción que del Hijo del Hombre (Cristo) hace el apóstol San Juan en el Apocalipsis (Cap. 1,1-18). De acuerdo con esto, le encontramos un tanto hierático, consciente de su dignidad y poder. En sus manos y pies muestra las cicatrices de las llagas, como cordero inmolado, a través de cuya inmolación obtiene el triunfo. Sus vestiduras quieren demostrar su realeza y su sacerdocio. Completando la idea del Cordero inmolado e inspirado en el mismo Apocalipsis de Juan (Cap. 5,14) nos presenta Mateo ocho bellísimos ángeles llevando instrumentos de la pasión: la columna, la Cruz, la corona de espinas, los cuatro clavos y la lanza; un pergamino y una jarra, aludiendo sin duda a la sentencia y lavatorio de manos de Pilato; y por último una caña, esponja y un pergamino en que probablemente se leyó la inscripción INRI.Rodeando el trono del Salvador vemos los cuatro evangelistas como ríos de agua viva en actitud de escribir el Evangelio sobre cada uno de sus animales simbólicos: San Mateo sobre el cofre de recaudador de tributos; debajo San Marcos sobre el león alado; a la izquierda San Juan sobre el águila y debajo San Lucas sobre el Toro. Junto al trono jalonándolo, dos ángeles con incensarios que a ambos lados homenajean al Señor Soberano (Apoc. 8, 3-4).

El Maestro Mateo ha concebido el Arco central del Pórtico como una pequeña ciudad con su templo y su liturgia propias. En esta ciudad nadie puede entrar sin estar escritos en libro de la vida; en ella se entra incluso llevados por ángeles. (Apocalipsis cap. 21,22-27).

miércoles, 4 de marzo de 2009

El paro en el corredor del henares

comedor social en alcala de henares

La parroquia de San Francisco de Asís, en el barrio de Reyes Católicos de Alcalá de Henares, ha encabezado una campaña de recogida de firmas en la ciudad para reclamar al Ayuntamiento la creación de un comedor social ante la "avalancha" de personas necesitadas que están reclamando ayuda.
José Luis de la Cruz ha informado de que la parroquia está atendiendo a más de 250 personas del barrio, uno de los más populares de Alcalá de Henares y uno de los más habitados por trabajadores inmigrantes que, en estos momentos, son "los más afectados por la situación de crisis económica".
"En este barrio, el 50% de las personas son inmigrantes y el otro 50% son españoles y, aunque la mayoría de los que nos piden alimentos son extranjeros, también empiezan a llegar españoles con los mismos problemas y no podemos cubrir las necesidades de todos, porque no damos abasto", ha indicado De la Cruz.
Y es que en una ciudad como Alcalá de Henares, con más de 204.000 habitantes, según ha indicado De la Cruz, ni la Iglesia ni el Ayuntamiento disponen de un comedor social y "sólo hay un comedor funcionando de la Cofradía de la virgen de las Angustias con unas 20 plazas y poco más", añade.

miércoles, 14 de enero de 2009

Vida Monástica


Un monasterio benedictino es, fundamentalmente, una escuela de vida contemplativa.
Para el monje es vida contemplativa aquélla en la que se da prioridad y preferencia al ejercicio de la oración.
La oración, porque es el modo más adecuado de llegar al conocimiento y a la unión con Dios.
Un conocimiento en fe y por obra del amor, con todo el fervor de una vivísima esperanza.
El ideal monástico está, pues, en la búsqueda de Dios y de solo Dios. Directamente. A Dios en sí mismo y por Cristo Jesús, que es el mediador entre Dios y los hombres.
Un ideal puro de vida cristiana. Esto se llama vivir hondamente el propio bautismo.
El monje :
Es un hombre que se agarra a Cristo como a la auténtica realidad de su vida.
Por tres veces lo dice san Benito:
“Nada anteponer al amor de Cristo” (Reg. cap. IV).
“Los que nada estiman tanto como Cristo” (cap. V).
“Nada absolutamente prefiera a Cristo” (cap. LXXII).
La vida de todos los cristianos debe afirmarse en Cristo Jesús. Es cristiano quien vive en Cristo. Quien ha llegado a convencerse de que Cristo es su vida.
Pero ese apoyo debe ser aún más necesario, diríamos que más exigente y total, más exclusivo, para un alma contemplativa.
Su relación se hace muy personal, muy directa, íntima.
Cristo está ante él en todos los actos, en todos los momentos de su vida.
Y en el cumplimiento total de su santa voluntad.
El monje sigue a Cristo en su obediencia.
La vida de oración de los monjes, culmina en la oración del Oficio divino y de la Sagrada Liturgia.
Culmina. Es sin duda su expresión más alta. Es la oración de la Iglesia.
En la oración litúrgica, el encuentro se hace más directo, más íntimo con Cristo Jesús.
Es un error muy frecuente creer que nuestra intimidad con Cristo se mide en la escala de nuestros afectos sensibles.
La Liturgia es el lugar preciso en que Cristo nos busca y nos espera.
Es el gran Orante, el gran Liturgo, el gran Sacerdote.
El ciclo litúrgico sigue al año, y siempre repite, la rueda de sus misterios.
El centro de toda la liturgia es su Sacrificio Eucarístico.
Se hace diaria la proclamación de su Palabra.
La voz de la Escritura nos habla de su Presencia eterna.
La Liturgia es la oración de su Iglesia.
Ante la grandeza del servicio a que están llamados los monjes, el precepto es muy concreto. “Nada se anteponga al Opus Dei, a la obra de Dios” (Reg. cap. LXIII).
Los hijos de San Benito, en su larga tradición de siglos, han respetado fidelísimamente el precepto. El Oficio y la Liturgia son el centro de la vida benedictina. Todo el honor, toda la belleza, todo el fervor y toda la perfección, se concentran sobre el Opus Dei. Vivir la Liturgia y para la Liturgia. En el canto, en el estudio, en la pastoral.

miércoles, 15 de octubre de 2008

El Imperio romano: Las Catacumbas










Las catacumbas son los antiguos cementerios subterráneos usados durante algún tiempo por las comunidades cristianas y hebreas, sobre todo en Roma. Las catacumbas cristianas, que son las más numerosas, tuvieron sus comienzos en el siglo segundo y sus ampliaciones continuaron hasta la primera mitad del quinto.
En su origen fueron sólo lugar de sepultura. Los cristianos se reunían en ellas para celebrar los ritos de los funerales y los aniversarios de los mártires y de los difuntos.
Durante las persecuciones sirvieron, en casos excepcionales, como lugar de refugio momentáneo para la celebración de la Eucaristía. Los cristianos no las usaron como lugar para esconderse; esto es pura leyenda y una ficción en novelas y películas.
Terminadas las persecuciones, las catacumbas se convirtieron, sobre todo en tiempo del papa San Dámaso I ( 366-384), en verdaderos santuarios de los mártires, centros de devoción y de peregrinación desde todas las partes del imperio romano.